El holandés errante de Wagner
Todo sobre óperas clásicas y sus compositores.
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Libreto dela ópera El holandés errante de Richard Wagner
ACTO I:
Desde «Rienzi» Wagner dio un gran paso con «El holandés errante». Este es el primer hito en el camino de la ópera a la música y el drama. De su «Rienzi», el compositor estuvo en los siguientes años avergonzado, y le escribió a Liszt: «Yo, como artista y hombre, no tengo el corazón para reconstruirla, a mi gusto y a mi arduo trabajo, el cual es consecuencia de sus dimensiones desmedidas, tuve que modificarla más de una vez. Deje de ser el centro para ella, y deseo con toda mi alma hacer algo nuevo en su lugar”. Se refirió a ella como a un error joven, pero en «El holandés errante» hay un poco de lo que podría haber metido en problemas a su conciencia artística.
Es difícil imaginarse una leyenda más efectiva dramáticamente y musicalmente que la que está el libreto de Wagner. Es una obra salvaje y de belleza sombría, aliviada ocasionalmente sólo por toques de luz y gracia, y tiene todos los intereses adjuntos a una obra en la que por primera vez un genio se siente consciente de su grandeza. Si no es tan impresionante como «Tannhäuser» o «Lohengrin», ni tan estupenda como la música-drama, es debido a que el tema de la obra es ligero.
Como su genio estaba desarrollado, su elección del titulo y de su trato pasó por una evolución tan completa como su teoría musical, de modo que cuando abandonó definitivamente la forma operística y adopto su sistema de los motivos principales, él concibió, para las bases dramáticas de sus resultados, los dramas que serían difíciles imaginarse con cualquier otra música que la que es tan característica de su música-drama.
El libreto actual de Wagner se basa en la extraña pintoresca leyenda de «El holandés errante», el Wandering Jew del océano. Un capitán holandés de mar, que trató de atrevesar el Cabo de Buena Esperanza en los dientes de un viento furioso, y juró que iba a cumplir su propósito, incluso si tenía que navegar para siempre.
El diablo, escuchando su juramento, condenó al capitán a navegar por el mar hasta el Día del Juicio, sin esperanza de liberarse, a menos que encuentre a una mujer que lo ame hasta la muerte. Una vez cada siete años puede bajar a tierra para buscar a una mujer que lo libere a través de su amor.
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