Garrett Fisher es el compositor de alrededor de 6 óperas en los últimos 12 años, entre ellas «La pasión de Santo Tomás Moro», «El sueño de Zeus», «Stargazer», «Silk Road» y «Moon in the Bucket.» Su obra más nueva, «Psyche», comenzó con su estreno formal el 17 de Octubre en capilla del «Centrp Good Shepherd», y fuye conducido por Garrett Fisher.
¿Cómo te iniciaste en la música?
Mi primer recuerdo es el de mi madre tocando transcripciones de piano de musicales y nuestro canto. Siempre amé el piano, y me gustaría tocar, tocar y tocar. Cuando nos mudamos a Estambul por un año cuando tenía 6, me llevé un piano de juguete para tocar y para llevarlo a la escuela. En el secundario, tomé lecciones de piano y creé pequeñas piezas de cámara. En Oberlin, hice una doble licenciatura en música e inglés. Fue ahí donde comencé a componer. Esta combinación me llevó al teatro. No soy la persona para escribir las palabras de una obra, pero para mí la música es el hilo narrativo y la columna vertebral de mis piezas. Me mudé a Seattle en 1994.
¿Cual considera que es su mayor éxito?
Mis piezas tienen un montón de elementos que me emocionan. No es sólo la música, sino que también el libreto, la coreografía y otros aspectos teatrales. Las marionetas en «Psyche», por ejemplo. Están construidas de modo que vayan a la par de la música, como la coreografía de mi hermana Christy (Fisher) en «Psyche.»
¿Quién lo inspira en lo que hace?
La gente con la que trabajo. Nunca hago audiciones. Son artistas que veo en conciertos y los escucho. La gente tiene cierta personalidad y veo como son la parte de una pieza. Trabajar con mi hermana informó parte de la estructura de «Psyche,» lo que es inusual porque la danza en la ópera es secundaria.
¿Qué sigue para usted?
La pieza original se llamaba “Una ópera sinfónica en 5 movimientos”, con cada movimiento derivado de la perspectiva de un personaje que tiene una relación con «Psyche.» Mi objetivo es permitir que la música se desenvuelva. Hay una narrativa pero está conducida musicalmente. En Cal Anderson esto cambió un poco. Tuvimos que renunciar a la estructura lineal y trabajar con el parque, por lo que nos centramos en eso que llamamos «esencias» y no nos preocupamos por la historia en sí. En la capilla vamos a volver al concepto original. Luego del estreno vamos a ir a Nueva York (Iglesia Judson Memorial) para un par de actuaciones de «Moon in the Bucket» (Noviembre 7 y 8). Atrás de esto hay una presentación en Nueva York, que es un trabajo nuevo que me pidieron hacer para la Sociedad Contemporánea de Música de Irlanda basada en la obra de Yeats: «At the Hawk’s Well.» Probablemente haga un show en Seattle a finales del 2009 y luego otro en Irlanda en el 2010.
¿Qué es lo que más espera para este otoño?
La capilla es el lugar perfecto para este tipo de pieza, la cual requiere una buena acústica y una sensibilidad teatral. Usualmente se consigue uno o el otro. En una iglesia puedes conseguir buenas acústicas pero no un buen sentido de teatro. En una caja negra, tienes el teatro pero las acústicas malas. La capilla permite que la pieza respire y pueda tener la oportunidad de ser como debería ser.