Varios de los pianistas que usualmente tocan en el Carnegie Hall de Nueva York tienen la oportunidad de probar su instrumento dentro del Steinway Hall (que es el sitio de Steinway para el servicio a pianos de concierto) y luego trasladarse por toda la ciudad confiados para realizar sus presentaciones. Sin embargo, cuando recientemente Maurizio Pollini dió sus dos recitales en aquel auditorio, el piano que usaba fue traído de Italia. ¿Por qué sucede esto?
Los pianistas nóveles no pueden darse el lujo de Pollini. En otro caso se relata que cuando la joven pianista Emi Kagawa comenzó su reciente concierto en la Capilla de San Pablo de New York comentó, respetuosamente pero a la vez enfáticamente, su descontento con el piano con el cual realizó su actuación, ya que se le tornó dificultoso tocar y también se sentía bastante incómoda con el mismo. A pesar de los problemas que ella comentó, ese concierto fue uno de los mejores de la temporada, e hizo dudosa para algunos su declaración que decía que “el piano a veces tocaba lo que ella no quería”. La señorita Kagawa fue ganadora del concurso Bachauer y estudiante de Jerome Lowenthal. Ahora Emi es una profesora de piano particular, pero también da conciertos en América y Japón.
Emi Kagawa comenzó su primer concierto con la sonata para piano de Mozart en Re mayor y se publicó en las noticias que su concierto fue muy interesante y con marcada personalidad. Se presentó tomando la dirección de su interpretación, literalmente, con un gran «spirito», desarrollando toda su interpretacion con notable claridad y técnica, demostrando su prodigio y su fuerza. Su mayor hallazgo fue el «Andante con espressione», que fue lenta y dignificada.
Luego de las interpretaciones de Mozart, Kagawa continuó su presentación interpretanto a otros autores. Es muy difícil de imaginarse una pieza más bella que el Preludio opus 32 en Sol mayor numero 5. Se decía que cuando la ensayaba llenaba el cuarto de un sonido magnífico. Luego interpretó un contrastante preludio de Rachmaninoff. Este preludio fue enormemente excitante y también un poco exótico. Por momentos parecía como si se estuviera exhibiendo el amplio espectro interpretativo de Rachmaninoff.
Robert Schumann escribió “La fantasía” en Si mayor en memoria a Beethoven, pero rápidamente cambió de opinión y realizó una carta de amor para su amada Clara en género de sonata a quien finalmente se la dedicó. Clara describió el sentimiento de la pieza como de “sentir frío y calor al mismo tiempo”. Emi Kagawa atravesó esta pasaje, aparentemente, con facilidad aunque hubo momentos que perdía la paciencia por el estado del piano.
Los pianistas de todo el mundo y especialmente los que deben tocar en sitios donde no se le da al piano la importancia que necesita, se encuentran siempre con las dificultades mencionadas. Pianistas de la talla de Polini pueden darse el lujo de traerse el piano de italia pero los pianistas que recién empiezan deben someterse reiteradamente a las peripecias relatadas con respecto a la joven pianista Emi Kagawa.
Un esbozo de solución implica que los responsables de las salas tomen en sus manos la responsabilidad del estado del piano y le brinden al mismo la cantidad y calidad de servicios que necesita.
Eso siempre pasa. No soy UN pianista como este Señora pero he tenido la oportunidad de dar algunos recitales en mi pais, afortunadamente he conseguido pianos en muy buen estado, pero en algunas audiciones los pianos no han sido los mejores.
derrepente que cada uno se acostumbra a un instrumento en el que a tocado toda su vida o en los que a ejecutado durante su vida y esto hace crecer en el artista y el instrumento unvinculo bastante especial casi fraternal sin enbargo y con sumo respeto lo digo un profesional en cualquier sircunstancia es beuno.
[…] 88 teclas en el teclado del piano. La mayoría de los pianistas usan aproximadamente 1 / 3 de este número la mayoría de las veces. ¿Por qué? Bueno, si estás […]