Características de la música de Mozart

La música de Wolfgang Amadeus Mozart es quizás la más conocida de cualquier compositor hasta la fecha. Casi cualquier persona ha escuchado que Mozart componía música desde los cinco años (algunas leyendas urbanas sostienen que en realidad comenzó a la edad de dos) y que tocaba frente a reyes y reinas, duques y duquesas antes de tener siete años. Creó más de 600 composiciones, desde operas a sonatas pasando por sinfonías enteras, y murió trágicamente, misteriosamente, antes de cumplir los 36 años, en 1791. Algunas de sus piezas más famosas incluyen Eine kleine Nachtmusik (Una pequeña noche de música, 1787) y las óperas Don Giovanni (1787) y Die Zauberflote (La flauta mágica, 1791).

La película Amadeus (1984) ha promovido la idea popular de Mozart como un músico inmaduro y malcriado por el prodigio musical, dedicado a la vida mundana y repugnante, que cacareaba su molesta risa. También retrata los tormentos que le propinaba a su celoso rival, el compositor Salieri, quién pudo o no haberlo asesinado. La historia pinta un cuadro ligeramente menos dramático. Nacido en 1756 en Salzburgo, Austria, Mozart fue el hijo único de un músico profesional que muy tempranamente descubrió los talentos musicales extraordinarios del niño. Los ojos críticos y políticamente correctos de hoy en día pueden mirar con ojos llenos de duda la forma en que Leopold Mozart explotó el genio musical de su hijo, pero en esa época no era poco común ni inaceptable. El joven Mozart pasó su niñez a metros del Rey y la Reina, interpretando, componiendo y perfeccionando su visión musical única.

También pasó su niñez sufriendo variadas enfermedades: tuberculosis, amigdalitis y fiebre tifoidea son algunas de las que se dice que ha sufrido. Era un chico que se enfermaba con facilidad y cada uno de los rasgos de su pobre salud reducían su vigor, lo hacían más frágil, y más susceptible a aquello que lo terminaría matando. La leyenda sostiene que fue envenenado, pero explicaciones científicas más recientes sostienen que Mozart murió de fiebre reumática, justo cuando estaba por completar uno de sus mayores logros musicales, el Réquiem.

La música de Mozart, al igual que su vida, desafía cualquier clasificación. Producto de lo que los historiadores denominan “La Era Clásica” (1750-1825), perfeccionó las formas más prevalecientes de música: las sinfonías, la ópera y el concertó. La mayor parte de su audiencia se veía envuelta en complejas y misteriosas melodías, estando acostumbrados a piezas más frívolas y simples. En 1782, el emperador José II le dijo a Mozart simplemente que su ópera alemana tenía “demasiadas notas”.

Esa caracterización de la música de Mozart puede parecer absurda hoy en día; estamos condicionados a pensar que Mozart es un genio sin precedentes. Incluso antes de nacer, los bebés duermen al ritmo de la música de Mozart en las panzas de sus madres. Nos relajamos con su música, aprendemos con ella; su música inspira y enriquece nuestras vidas.