Los usuarios han adoptado rápidamente los formatos digitales para el consumo de contenidos relacionados con el entretenimiento. Los ejemplos más obvios de este fenómeno son las descargas de música y videos, con iTunes de Apple y Youtube como máximos exponentes. Apple ha vendido más de mil millones de canciones a través de la tienda musical de iTunes, y continua presentando una tasa de crecimiento asombrosa. Más de 30.000.000 de personas han comprado el iPod, su dispositivo de música portátil, y varios millones utilizan alguna de las docenas de alternativas existentes. Otras plataformas para escuchar música son igualmente exitosas; este es el caso de Windows Media Player, de Microsoft, que posee incluso mayor presencia que su rival de Apple, al tener más de 90.000.000 de sistemas a lo largo del planeta utilizando su herramienta. Rhapsody, de Real Networks y Yahoo! Music son los otros principales competidores en el rubro. Además de aquellas empresas que comercializan descargas directas de música por un monto determinado, redes de descarga peer-to-peer (de igual a igual, o entre pares) tales como Limewire y Morpheus afirman tener varios millones de usuarios compartiendo música y otros archivos constantemente.
A medida que los consumidores se han acostumbrado a comprar (y robar) música online, han comenzado a descargar otras formas de entretenimiento digital tales como videos musicales, cortometrajes, shows de televisión, e incluso películas enteras de Hollywood. Las compañías de medios tradicionales han encontrado la oportunidad de establecer nuevas fuentes de ingresos y de reinvertir viejos activos permitiendo a los consumidores descargar la programación televisiva pagando una tarifa. La tasa de adaptación de los consumidores a esta nueva modalidad pareciera ser similar a la que presentaba el negocio de la descarga de música en sus comienzos. La penetración cada vez mayor de conexiones de banda ancha (más de 50 millones de hogares en Estados Unidos), los avances en materia de software que posibilitan descargas de alta calidad, y el reconocimiento de las compañías de la enorme oportunidad que implica la distribución directa (y sin costos de logística) de contenidos, han contribuido al aumento radical en el número de bienes digitales disponibles para ser descargados a través de computadoras, dispositivos portátiles e incluso teléfonos celulares
Compañías como YouTube se encuentran a la vanguardia en cuanto a la intersección de los videos de entretenimiento y la fragmentación de los medios, debido al mayor poder que hoy posee el consumidor. Cientos de millones de videos son descargados semanalmente desde YouTube (y de docenas de competidores), y una porción significativa de los mismos se trata de videos que no han sido producidos “profesionalmente”. Más importante resulta la cantidad de nuevos talentos que están siendo descubiertos en diferentes campos del entretenimiento a través de estas plataformas de distribución, puesto que están cambiando para siempre las formas en que el entretenimiento es concebido, producido, distribuido y valorado.