Cincuenta años atrás, Dwight Eisenhower estaba en la Casa Blanca y Nikita Kruschev recién instalada en el Kremlin. Con la reconstrucción Europea desde la devastación de la Segunda Guerra Mundial, las superpotencias fueron encerradas en la danza mortal de la guerra fría, resaltado por la bomba atómica y el satélite recién lanzado Sputnik.
En 1958 se lanzó en Moscú la Competencia Internacional Tchaikovsky, para pianistas y violinistas, la cual no estaba ajena a las operaciones de propaganda del régimen ruso. Dado el gran legado musical de los virtuosos de Rusia, se esperaba que sea un escaparate para la superioridad Soviética cultural. Sin embargo, para el asombro de todos, el primer premio en piano fue para un tejano de 23 años. El concurso fue tan controvertido, que el premio de Van Cliburn tuvo que ser aprobado por el propio Kruschev.
De la noche a la mañana, Cliburn era el músico más famoso del mundo –el ídolo americano de su época, pero mucho más. Su cara franca y de buena apariencia apareció a través de todos los periódicos y revistas, y luego de también en las pantallas de televisión en todo el mundo. La revista Time lo llamó: «El tejano que conquistó a Rusia». Luego regresó para un desfile en Nueva York.
El aniversario número 50 del triunfo legendario de Cliburn se celebrará el sábado en Fort Worth, en donde el pianista vive desde 1986. Sólo por invitación, la fiesta se va a celebrar en los suelos del Kimbell Art Museum, en una tienda personalizada que evoca a un gran palacio ruso, con candelabros y damasco linos.